Manifiesto del movimiento


Movimiento artistico Arte Resiliencia  no es de un carácter formal, se busca de redefinir la noción de arte.

Consideramos:
 La definición del arte es posible.
 Lo bello es objetivo y  es el fundamento natural del arte.

 La expresión formal debe ser libre, pero basado en la estética que garantiza la calidad

 El artista debe ser consciente y responsable de sus actos.
 El arte es un formador  del individuo y de la comunidad.


Hoy en día, cuando todo se ha vuelto tan cambiante, solo lo bello puede brindarle al hombre un punto de referencia y garantizarle un cierto equilibrio.
Al desterrar del arte lo bello, los artistas lo han condenado a la violencia, a la vulgaridad, a la fealdad, al vacío. Ahora bien, para que la obra de arte conserve su capacidad para situarnos en un espacio intemporal, para abstraernos de nosotros mismos e incluirnos dentro de un todo, sintiendo en nosotros la dinámica misma de la vida, que es la función primordial del arte, resulta difícil descartar lo bello.  Lo bello es inmutable y constante.


El hombre percibe la belleza por lo sensible y adhiere por lo inteligible porque hay coincidencia entre lo  bello, la estructura del cerebro humano (la de ciertos animales y todavía no sabemos nada de las plantas) y el mundo.


El principio de constancia conecta arte y el universo. El arte es a la vez un concepto abstracto y la realidad concreta.  Como concepto abstracto lo bello  es inmutable, como la realidad concreta  se desarrolla al infinito 

 

 

Por lo constante por lo inmutable, por la estructura perfecta "de un teorema matemático" lo bello sujiere la eternidad.
Lo bello  que  conecta con más fuerza al hombre con el mundo y la eternidad es lo bello en el arte. El arte es una expresión de la conciencia de la existencia, la belleza es su fundamento mismo.
 


«La experiencia estética, puesto que es una percepción plena y feliz hasta la alienación del sujeto en el objeto, nos invita a diseñar una indiferenciación originaria del hombre y del mundo. Por debajo de la correlación, da fe de una unidad primera que el arte se afanaría en cohesionar y decir al mismo tiempo».

Mikel Dufrenne,  Phénoménologie de l'expérience esthétique, PUF, Paris, 1953.

 


La belleza se percibe generalmente como un simple gusto. Todo valor objetivo le queda negado.
Pero lo bello no está en el sujeto, ni tampoco solamente en la forma o el color, sino que es subyacente a la obra, queda englobado y emana de ella, de su forma como totalidad y no de la hermosura de lo representado.
Es un apoderamiento inmediato. En esa inmediatez, surge la visión del todo ontológico en el que sujeto (espectador) y objeto (obra) forman parte de un mismo elemento. Ahí ya no hay cabida para el simple gusto. Nuestra vivencia no se proyecta.

Lo bello es un entramado con reglas, pero que se desarrolla al infinito.


 
El arte es la tendencia hacia la vida. En el universo, todo oscila entre la «construcción» y la «destrucción». Es el ritmo del mundo. Las sociedades humanas alternan, periódicamente, a lo largo de historia, épocas de guerra y épocas de paz. El arte es un llamamiento a la vida. Que lo bello sea su esencia es evidente. Lo bello es armonía, es calma, es equilibrio. Lo bello es el fundamento plenamente natural y el objetivo de la indisoluble unidad de la obra.


«¡Hay una conexión profunda entre los signos, los acontecimientos, la vida, el vitalismo! Es el poder de la vida inorgánica, la que puede darse dentro de un trazo, de un escrito o en la música. Los organismos, no la vida, son los que mueren. No hay obra alguna que no indique un resultado hacia la vida».

Gilles Deleuze, Pourparlers, Editions de Minuit, 1990, p. 196.



 
 Para desviar el arte de su función formativa, haciéndolo sospechoso de perjudicar nuestra libertad, ha sido necesario primeramente eliminar lo bello. (Arte contemporáneo).
Partiendo del principio de que un objeto de arte  es gratuito y único se ha pasado fácilmente a la constatación de que sirve por sí solo, siendo «bello» solo en y por sí mismo. De este modo, se utiliza como garante del individuo libre que se complace en el mero hecho de existir, único y liberado de toda limitación, bello por el mero hecho de ser libre. Así se suprime al arte  su carácter absoluto y cualquier objeto que se manifieste por su inutilidad puede ser considerado como objeto de arte. Es la sentencia de muerte.

 Lo bello por su proximidad de lo bueno permite la valoración de la calidad  gracias al discernimiento de "lo que es bueno" y "lo que no es bueno". Una obra que no se basa en ningún fundamento está más allá de la posibilidad de apreciación de cualquier calidad. La calidad de la obra está en su aproximación a lo que se supone que es el arte, es decir, principalmente, productor de la emoción estética. Toda obra de arte es rica en posibilidad de expresión, manifestaciones, discursos llamando a nuestros sentimientos, pero la unica posible del juicio de calidad  es a través de lo bello, es decir, la estructura interna de la obra . Es a partir de esta estructura que la obra de arte difiere del lenguaje ordinario.
La posibilidad de la valoración de la calidad  es esencial porque el arte es formador.

Ksenia Milicevic